La trayectoria profesional de Fernando Tristão Fernandes va de la mano con su militancia política, que pasó por el duro régimen militar de 1964. En más de medio siglo de abogacía, ha acumulado una vasta experiencia en diversas áreas del Derecho.

Empezó a ejercerla defendiendo a los estudiantes detenidos por el DOPS [Departamento de Orden Político y Social], en el estado de Paraná. Fue perseguido políticamente, detenido y, aun estando recluido, realizó 30 juicios ante el tribunal del jurado, denunció torturas y luchó por los derechos laborales y sociales.

Su conocimiento de la realidad y de la sociedad brasileñas también proviene de su trayectoria de vida: natural de Espírito Santo, residió en varios estados más. Se casó en Minas Gerais, pero fue en Bahia donde nació su primer hijo: Fernando Fernandy Fernandes que, ya como fiscal, fue secretario de justicia del estado de Río de Janeiro, secretario general del Ministerio Fiscal y a día de hoy es juez del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro.

Paraná lo vio graduarse en Derecho y en Economía. Allí fue donde, durante la primera mitad de la década de 1960, aumentó su participación en los movimientos sindicales. Y en la ciudad de Curitiba nació Fernando Olinto Fernandes: médico que formó parte de Médicos Sin Fronteras, pasó dos años con la tribu Yanomani y participó en misiones humanitarias en guerras en Sri Lanka y Ruanda.

Recluido en Mato Grosso do Sul durante el periodo más duro del régimen militar, Tristão se dedicó por completo a la abogacía y fue allí donde nació el hijo que hoy es su colega de despacho: Fernando Augusto Fernandes. Tras la amnistía, se instaló en Río de Janeiro, donde abrió un nuevo bufete, con sede también en la ciudad de Sao Paulo.

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